Cada año se venden 80.000 millones de prendas en el entorno. Desde que empresas como Zara y H&M impusieron el ‘pronto moda’, el consumo y producción de prendas se ha disparado, mientras toneladas de ropa vieja se acumulan sin que nadie sepa bien qué hacer con ellas. El problema medioambiental ha llegado a tal punto que alarma a los propios fabricantes.
El impacto medioambiental de la industria de la moda
La industria textil es la segunda más contaminante del planeta, siendo responsable del 20% de los tóxicos que se vierten en el agua. Cada español se desprende de unos siete kilos de ropa al año, y aunque todavía estamos lejos de los estadounidenses que se deshacen de 35 kilos, es necesario tomar medidas para frenar esta tendencia.
El modelo de 'pronto moda' ha impulsado un consumo indiscriminado de ropa, haciendo que compremos cuatro veces más prendas que en los años noventa. Esto se debe en parte a la deslocalización de la producción, que ha llevado la mayoría de las fábricas textiles a Asia, donde los costos son más bajos.
La obsolescencia programada en la moda
El fenómeno del 'pronto moda' ha dinamitado el concepto de 'temporada' en la moda. Ahora, las grandes cadenas textiles buscan que los clientes compren con más frecuencia, lanzando nuevos diseños dos veces por semana. La ropa se ha convertido en un producto perecedero, que dura apenas unas semanas en el armario antes de ser desechada.
Este enfoque en la rapidez y el precio ha llevado a una disminución en la calidad de las prendas. La ropa es mucho más barata que en el pasado, pero también es de peor calidad. Además, gran parte de la ropa fabricada actualmente está compuesta por fibras sintéticas, que no son biodegradables y contribuyen al calentamiento global.
Alternativas para reducir el impacto medioambiental de la moda
Ante este problema, es importante buscar alternativas para reducir el impacto medioambiental de la moda. Aquí hay algunas opciones:
- Donar, reciclar o revender: En lugar de desechar la ropa que ya no nos sirve, podemos donarla, reciclarla o revenderla. Sin embargo, tener en cuenta que el mercado de segunda mano está saturado y que las ONGs también se enfrentan a dificultades para vender la ropa sobrante.
- Comprar prendas más duraderas: Aunque sean más caras, comprar prendas de mejor calidad y duraderas puede ser una opción más sostenible a largo plazo. Esto reduce la necesidad de comprar constantemente nuevas prendas y contribuye a disminuir la cantidad de ropa desechada.
- Apoyar el reciclaje de circuito cerrado: Algunas compañías de fast fashion, como H&M y Zara, están implementando el reciclaje de circuito cerrado, donde las prendas viejas se reciclan para fabricar nuevas. Aunque esta tecnología aún tiene limitaciones, puede ser una forma de reducir el desperdicio de materiales y prolongar la vida útil de las prendas.
La responsabilidad de las grandes empresas de moda
Las grandes empresas de moda también tienen un papel importante en la reducción del impacto medioambiental de la industria. Algunas compañías están tratando de implementar prácticas más sostenibles, como el uso de materiales reciclados y la reducción de emisiones de carbono.
Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Según expertos en moda, si las compañías no cambian su forma de hacer negocios, podrían enfrentar consecuencias negativas a largo plazo. Es necesario que las empresas de moda adopten un enfoque más sostenible y responsable, priorizando la calidad sobre la cantidad y buscando soluciones innovadoras para reducir el impacto medioambiental de la industria.
La industria de la moda es una de las más contaminantes del entorno, siendo responsable de la emisión de tóxicos al agua y contribuyendo al calentamiento global. Es necesario tomar medidas para reducir el impacto medioambiental de la moda, tanto a nivel individual como a nivel empresarial. Comprar prendas más duraderas, donar, reciclar o revender la ropa y apoyar el reciclaje de circuito cerrado son algunas de las opciones disponibles. Sin embargo, es importante que las grandes empresas de moda también asuman su responsabilidad y adopten prácticas más sostenibles para frenar esta tendencia preocupante.